lunes, 24 de agosto de 2009

LAS MOCHILAS ESCOLARES




















Dr. Roberto Murguia Pozi
Pediatra
Tampico,Tamaulipas

Es ya costumbre que los niños carguen sus libros y útiles escolares diariamente a su escuela. Esta es una práctica que se ha ido extendiendo, ya que muchas escuelas no tienen suficiente espacio para que los niños dejen ahí sus útiles escolares; otros niños, por ejemplo en escuelas secundarias, toman cada clase en un salón diferente; algunas escuelas argumentan que no hay lugar para dejar guardados los libros, con el objeto de que el alumno los lleve diariamente a su casa y no se le olvide realizar sus tareas. Sin embargo, hemos apreciado que muchos niños hacen un gran esfuerzo para cargarla, por lo que nos preguntamos: ¿es dañino para la columna y para la postura que el niño cargue diariamente una mochila pesada?
Un estudio realizado por Pascoe y colaboradores evalúa la influencia que puede tener el cargar las mochilas en la postura y el modo de caminar de jóvenes de entre 11 a 13 años.

Se dividió a los participantes en 4 grupos: unos no cargaron mochila, otros cargaron la mochila escolar con una sola correa ,otros la cargaron con dos correas sobre la espalda y otros cargaron una mochila de tipo deportiva con una sola correa. Se encontró que los que cargaban su mochila con una sola correa tendían a desviar la columna en forma lateral y a elevar el hombro del lado contrario, y los que cargaban la mochila con dos correas sobre la espalda reducían significantemente el estrés causado a la columna. Se concluyó que el estrés físico asociado al cargar una mochila escolar en un hombro altera, de manera importante, la postura y el modo de caminar de los jóvenes.
El cargar una mochila pesada con una sola correa no causa la deformidad de la columna llamada escoliosis ni deformidades permanentes como uno pensaría, pero sí puede ocasionar dolor crónico de la espalda.
Entre las recomendaciones que podemos hacer para evitar problemas están:
• El peso de la mochila no debe exceder del 10 al 15% del peso del niño; por ejemplo, para un niño que pesa 30 kg, su mochila debe de pesar 3 kg y por ningún motivo más de 4.5 kg.
• Las mochilas se deben cargar sobre la espalda con las dos correas y éstas deben estar protegidas o acolchonadas en la parte donde se apoyan al hombro para no lastimar. No se debe permitir que la carguen con una sola correa sobre el hombro.
• La carga en la mochila debe estar distribuida en forma adecuada, de tal manera que los libros más pesados estén pegados al cuerpo.
• La mochila deberá ser de materiales ligeros, confortable y de acuerdo al tamaño y complexión del niño.
• Cuando los niños van a cargar una mochila pesada, es conveniente que ésta esté en un lugar elevado, como una mesa, y que el niño doble ligeramente las rodillas para colocarse ambas las correas por la espalda; de esta forma hace menos esfuerzo que si la carga desde el piso.
• Es recomendable que los niños carguen únicamente los útiles escolares absolutamente necesarios y dejar en su casa o en la escuela en un casillero o closet los que no se van a utilizar. Se ha propuesto que los niños tengan doble juego de libros, uno en casa y uno en la escuela, sin embargo, ésta no es una propuesta muy económica.
Es posible que en un futuro próximo, el libro de texto escolar tienda a desaparecer y sea sustituido por el libro electrónico o el libro en disco compacto para computadora, pero los niños y los estudiantes siempre tendrán algo que llevar a su escuela, como su comida, sus lápices, calculadora, su ropa de repuesto o suéter, por lo que creo que difícilmente las mochilas desaparecerán. Existen modelos de mochilas con ruedas para que el niño la arrastre en lugar de cargarla, sin embargo muchas escuelas argumentan que no tienen espacio para que los niños estacionen estos “lockers ambulantes”.

lunes, 3 de agosto de 2009

Comunicación asertiva entre padres e hijos



Por L.C.C. María de Lourdes Arcos Santoveña.
coordinadora de Imagen y Protocolo de CONAPEME

Cuantas veces nos hemos preguntado porque llega a ser tan complicado hablar con nuestros hijos, entenderlos y que nos entiendan; cuando debería ser algo sencillo.
La comunicación es un proceso intrínseco de todo ser humano, si tomamos en cuenta que comunicación significa establecer algo en común, entonces debemos entender que para llegar a este punto es necesario no sólo hablar, intercambiar ideas o pensamientos sino estar dispuestos a escuchar, es decir, interesarnos por lo que nuestros hijo nos están compartiendo.
A veces la rutina, los tiempos vertiginosos bajo los cuales estamos viviendo nos lleva a no tener tiempo para COMUNICARNOS. Generalmente oímos lo que nuestros hijos nos platican en el trayecto de la escuela a la casa, o a veces mientras comemos o cenamos, ellos suelen contarnos algo, pero como nosotros tenemos nuestros propios asuntos, mientras nos hablan pensamos en que vamos a hacer mañana, como vamos a solucionar algo, etc. En fin, la mayoría de las veces no nos comunicamos, sólo tomamos turnos para hablar.
No podemos hablar de relaciones familiares, laborales, sociales, sino hay un proceso de comunicación de por medio. Y para solucionar este problema y lograr buenas relaciones humanas y sobre todo dentro del núcleo familiar la comunicación nos ofrece algo llamado asertividad.
¿Qué es la asertividad? Es una conducta propia del ser humano que le da la posibilidad de expresar sus sentimientos, intereses, creencias, ideas etc. De manera cómoda manteniendo siempre el respeto por uno mismo y hacia los demás, involucrando el sentido de la responsabilidad sobre nuestros actos.
Cuando hablemos con nuestros hijos es importante tomar en cuenta no caer el los extremos: pasividad o agresividad. Esto sin duda es lo que solemos llamar (saber decir bien las cosas), pedir lo que consideramos necesario sin pasar por encima de nadie o dejarse atropellar por alguien. Muchos de los problemas de comunicación que se establecen entre padres e hijos es el miedo. Si efectivamente, es común encontrar que los hijos no sienten hacia los padres respeto sino miedo, escucho usted bien, MIEDO a no ser comprendidos y por lo regular terminar regañados y castigados.
Es importante iniciar el diálogo con nuestros hijos a partir de examinar nuestros intereses y los de ellos, y estimar en que medida deben ser respetados para no caer en caprichos momentáneos.
Hay que ser observadores con respecto a la conducta de con quien estamos hablando, para que de esta manera demos pie a concentrar los sentimientos y evitar las conductas agresivas o pasivas.
Una herramienta de la comunicación es la proxemia, que no es en otra cosa que ponerse en el lugar del otro y tratarlo asertivamente aunque el receptor no se comporte de la misma manera; lo importante es entrar a una dinámica de comunicación que nos permita mantener el interés y el objetivo.
Resumiendo: ¿cómo es la comunicación asertiva? ¿cómo podemos comunicarnos con otros sin que se sientan agredidos o sin que nosotros renunciemos a lo que queremos por miedo? utilizar la persuasión de la comunicación no verbal: Mantener un contacto visual, tener una posición cómoda y hacer uso de tonos de voz, vocabulario asertivo: Pienso, siento y quiero; también tomaremos en cuenta palabras de colaboración y sobre todo demostrar interés hacia nuestros hijos y a lo que nos dicen.

sábado, 1 de agosto de 2009

JUEGOS Y JUGUETES




Hola, Nuestro amigo El Dr. Almazan Bonora nos envia lo siguiente.

Apreciable lector, en esta ocasión lo que quiero compartir contigo es un recuerdo de nuestros juegos infantiles y los juguetes que utilizábamos, es necesario aclarar que provengo de una familia humilde, mi padre era obrero y mi madre ama de casa y en total éramos cuatro hermanos, tres hermanitas y yo el mayor (actualmente 64 años de edad); recuerdo que no sobraba el dinero, lo que me trajeron los Tres Reyes Magos eran juguetes muy sencillos sin embargo para nosotros fueron suficientes aclaro lo anterior porqué acaso para ti fue otra la experiencia, dentro de mis primeros juguetes recuerdo los soldaditos de plomo, luchadores de plástico, carritos con sus rejas de refrescos que para moverlos les amarrábamos un cordel, cañoncitos de plástico que tiraban balines obviamente a corta distancia sin mucha fuerza, pistolas con dardos que en el extremo tenían una ventosa de plástico, pistolas que tronaban fulminantes, pistolas de agua, tuve un triciclo, aunque pedí un rifle de municiones nunca llegó, ni tampoco bicicleta, ni patines de cuatro ruedas (no en línea, no se cuando llegaron a nuestro país). Tuve pelotas de plástico, carritos de fricción, un juguete que recuerdo con mucho cariño era una lanchita de hoja de lata, que se le ponía una corcholata con una pequeña vela y al hacer ebullición un depósito chiquito con agua, impulsaba la lancha era de mis juguetes preferidos, también unos soldaditos de madera que traían una pequeña pelota del mismo material para tirarlos a distancia, y los juegos con los amiguitos de la cuadra eran las escondidas o escondidillas, el bote escondido, la roña, los encantados, los colores (consistía en escoger un color y sólo lo sabía quien los vendía) llegaba el comprador y si mencionaba un color que tenían los jugadores tenía que pagarlo e inmediatamente después corretear y agarrar al jugador con el color referido, a las hebritas de oro, al avión o bebe leche, a la víbora de la mar, a la cuerda que se brincaba rítmicamente y al final se daba “carne, chile y mole” que era los más rápido que podía girar la cuerda de los extremos, al lobo, al matarilelirelon; es necesario referir que en estos juegos participaban niñas, otro juego era a la “quemada” que consistía en tocar con una pelota al jugador y si se le pegaba con la pelota estaba quemado y perdía, también jugábamos al burro que consistía en que uno de los jugadores se apoyaba en la pared y los demás agachados haciendo filas entre las piernas el resto de los jugadores corrían para montarse en el burro y el primero tenía que hacer un esfuerzo por llegar los más cerca del que estaba apoyado en la pared y así hacerlo más fácil para el resto de los jugadores una vez que el burro estaba cargado había que moverse para tirar a los jugadores que estaban montados y así se turnaban los puestos este juego era sólo para hombres una variante para las mujeres era la “cebolla”. Al parque liga y ligazo (se cortaban pedacitos de cáscara de naranja y se tiraban con una liga, en Veracruz eran pedacitos de bejuco), También había temporadas para jugar canicas (al hoyito, al ron, a las seguidillas) y había de varias clases todavía me tocaron las hechas de cemento las cuales se quebraban con facilidad y las de vidrio; las clásicas y más baratas agüitas que eran de color azul, blancas, amarillas y los ponches que ya eran más caras y de diversos colores , trompo, balero, yoyo, papalotes, pandorgas o cometas, a las cortadillas, que consistía en una corcholata extendida y aplanada con filo al la cual de le hacían dos orificios en el centro para pasar un cordel y darle movimiento el objetivo era cortar el cordel del jugador contrario. También un juego clásico era jugar al gato o al timbiriche que consistía en unir puntos para hacer cuadritos ganaba el que hacía más. Otros juegos eran la matatena, que se jugaba con huesitos de chabacano pintados de colores, los palillos chinos, damas chinas con canicas o con fichas, los tableros eran diferentes. El horario de los juegos se ajustaba al terminar los deberes escolares y algunos que eran obligatorios en el hogar. No teníamos TV y no se inventaban los juguetes electrónicos. Actualmente se está recomendando 45 minutos de actividad física diaria en los niños y quizá estas líneas sirvan para ofrecerle estos juegos a los niños, es necesario que en la Escuela en el recreo también los niños encuentren actividades que fomenten actividad física; la OMS dicta que en las enfermedades crónicas, inciden de manera perjudicial en la salud: el uso de tabaco, la dieta malsana, la falta de actividad física y el uso nocivo del alcohol, combatiendo estos renglones estaremos cumpliendo con nuestro deber para alcanzar un nivel adecuado de vida saludable.

VALORES CIVICOS



Dr. Mauro Alberto Luna Jaimes
Medico pediatra
Lomas de San José núm. 23, Colonia Villaseca
Guanajuato, México.
www.pediatras-guanajuato.com.mx


Las condiciones actuales del mundo y sobre todo de nuestro país obligan a ver con urgencia a los valores de la sociedad sobre todo aquellos relacionados a los valores cívicos.
La estructura de los valores se da en la formación básica y en el seno de cada familia en donde se debe fortificar. Nuestro país sufre innumerables amenazas en relación a narcotráfico, violencia inseguridad y corrupción, en este marco nada prometedor nuestros propios hijos sufrirán los efectos de esta descomposición social. Es importante por ello ser congruentes en nuestras casas con los elementos cívicos que nuestros hijos reciben en la educación básica. Los niños se someten a normas que van desde presentarse debidamente aseado y pulcro a la escuela, llegar a un horario fijo así como participar y cumplir con las ceremonias programadas en el calendario escolar.
Quienes hemos tenido la oportunidad de trabajar en estancias infantiles nos sorprendemos de la respuesta que los niños tienen en relación a los valores civiles, se presentan debidamente uniformados , respetan filas cantan con ahincó el himno nacional y hacen los honores correctamente a nuestro lábaro patrio , están consientes sobre el grave problema ecológico causado a nuestro planeta tienen conciencia de la contaminación en cualquiera de sus manifestaciones , aprenden, a amar a la naturaleza y a protegerla.
Sin embargo somos los adultos los que rompemos esta cadena de aprendizaje, siendo indiferentes con los símbolos patrios que nos representan y de los cuales deberíamos estar muy orgullosos. Nos pasamos un alto, invadimos la línea al paso peatonal, insultamos al prójimo al manejar sin interesarnos el ejemplo que con esto demos a nuestros hijos. Debemos tener conciencia de tirar la basura en su lugar, respetar los lugares en la fila decir por favor y gracias.
Son valores que fácilmente los niños pueden aceptar pero nosotros los adultos lo olvidamos regularmente. Si cada uno de los padres hiciera conciencia sobre estos valores y los llevara a la práctica es posible que encontráramos menos jóvenes delincuentes, menos niños asesinos o asaltantes menos paredes grafiteadas y tendríamos una juventud mas sana. Es penoso asistir a eventos masivos y observar que la mayor parte de adultos y adolescentes muestran una falta total de respeto e indiferencia a los honores a la bandera y al himno nacional en comparación con los pequeños de preescolar y primaria que saben perfectamente lo que se tiene que hacer en estas circunstancias.
No solo es la insistencia a fomentar el amor y el respeto a nuestro país. Se trata de pensar y dejar de hacer lo que a otra persona pudiera causarle alguna molestia o algún daño, cosas tan simples como pararnos frente a la cochera de un vecino , dejar bolsas de basura abandonadas en la vía publica , no respetar el lugar en una fila para recibir un servicio, respetar las señales de transito ser mas cortés al manejar, son cosas sencillas pero olvidadas en la sociedad actual que tienen un alto costo en la convivencia diaria con los demás y con nuestra propia familia .
Por supuesto que el trabajo en relación al fortalecimiento de los valores cívicos involucra a la secretaria de educación con sus programas escolares a nuestro gobierno por supuesto a los medios de comunicación pero más que nada al compromiso de la familia, a los jefes de ella. Consideramos que el cambio se debe dar en manera horizontal y que en el terreno de educación civil nuestros propios hijos tienen mucho que enseñarnos.